De camino a Laredo me iba dando la impresión de que no había tanto mar como estaba previsto, así que tenía algunas sospechas de que no habría demasiadas olas.
Una vez allí, como suele pasar a menudo en esta playa, si al dar un primer no coincides con una serie, parece que apenas hay olas. Eso fue lo que me pasó a mí tanto el sábado como el domingo.
El primer día entré aunque con poca esperanza de coger buenas olas, cosa que al final no sucedió, ya que cogí unas cuantas olas de serie de un metrillo con muy buena forma y largas.
Ya el domingo, cuando llegué, sólo había un par de personas en el agua y parecía que estaba plato, una vez en el agua ví que estaba equivocado y que la serie doblaba en tamaño a la del día anterior. Unas cuantas olas cayeron, yo también caí unas cuantas veces, unas buenas comidas de serie (como viene siendo tradicional en Laredo), pero aún así puedo contabilizar tres o cuatro buenas olas en la última media hora de baño, así que al final se arregló bastante, ya que al principio no cogí nada más que cerrotes y varias caídas.
Estas son las fotos del sábado (el domingo no saqué ninguna porque como digo, pensaba que no había nada).
saludos.
De esta guisa me recibía un local de Laredo:
El mejor remedio post congelamiento en el Cantábrico, meterse en mis zapatillas:
1 comentario:
Lo mejor del blog, tus zapatillas.
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